BREVES APUNTES HISTÓRICOS
Poco antes de terminar el siglo XIX fue traído a La Habana, procedente de Francia, el primer automóvil y según fuentes de la época aquel artefacto alcanzaba una velocidad de hasta diez kilómetros por hora.
De inmediato las personas más aristocráticas de la ciudad comenzaron a realizar planes para adquirir aquellos artefactos capaces de desplazar en rapidez a los más "modernos" quitrines o volantas tirados por briosos caballos que desandaban las pocas adoquinadas calles de la capital cubana.
El interés que atrajo el primer carro fue tal que el segundo, también procedente de Francia, comenzó a circular en 1899 con las características de que su motor, más potente que el anteriormente mencionado, podía producir un desplazamiento de 30 kilómetros por horas.
A la vuelta de algunos años decenas de autos, sobre todo procedentes de Estados Unidos, fueron abriéndose paso en otras localidades del país.
Un modelo de mucho arraigo por su moderno diseño fue el Ford T en cadena de montaje, producido en 1908.
A la acción de oprimir el pedal le llamaban "footing" y la promoción para las ventas expresaba en inglés: "foot it and go". Pronto la frase fue cubanizada y surgió la palabra fotingo, devenida una de las denominaciones actuales que reciben los autos antiguos, también identificados en el argot popular como "almendrones".
En correspondencia al desarrollo de la industria del automóvil, aquellos años fueron apareciendo flamantes modelos de fabricación estadounidense, así como otros franceses o ingleses, pero lo que nadie pudo predecir en esos días era que Cuba quedaría invadida para siempre por ellos.
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