Cuba, un museo rodante
Nadie es capaz de precisar en Cuba cuántos autos antiguos pululan por sus calles. Lo mismo en la Ciudad Primada de Baracoa, en el oriente del país que en cualquiera de las avenidas de La Habana.
A cualquier extraño puede parecerle una exageración si le comentan que estos museos rodantes se cuentan por varios miles y centenares de ellos mantienen todas sus piezas originales.
En perfecto estado de conservación circulan hasta verdaderas joyas, digamos de los años 20 o 30 del pasado siglo. Sus propietarios llegan a convertirse en verdaderos magos para, como por obra de arte, mantener los autos como el primer día.
Algo que resulta cotidiano al nacional puede constituir atracción para los visitantes, quienes no pueden abstraerse de admirar esos coches antiguos, bien sea estacionados o rodando, desde el primer contacto con Cuba.
En la actualidad la mayoría de sus propietarios los utilizan para servicio particular de taxis, pero en esos casos no conservan la originalidad, debido al alto consumo de combustible en sus motores de fábrica y la inmensa mayoría han sido adaptados a trabajar con diesel, por ser más barato y por consiguiente producen mayores utilidades.
Mediante ingentes gestiones de la Oficina del Historiador de la Ciudad surgió una Compañía para permitir el alquiler de estos autos la cual brinda un atractivo servicio de taxis para turistas, mediante el empleo de bien conservados autos, la mayoría de ellos con más de medio siglo de existencia.
Algo así como viajar a la inversa en una máquina del tiempo puede producir las emociones de rentar uno de estos autos para ser conducido por usted o contratar los servicios de un chofer.
Eso sí, le indicamos algo a debe tener presente. Si desea comprar uno de estos autos clásicos no lo haga, simplemente, no tiene forma de sacarlo del país, porque mediante Ley creada al efecto son considerados como parte del Patrimonio Nacional.
Del mismo modo le sugerimos una visita al denominado Depósito del Automóvil del Museo de la Ciudad, localizado en la convergencia de las calles Oficio y Callejón de Justiz, Habana Vieja.
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